Más de 50 animadores de 19 países colaboraron para apoyar a los bielorrusos en sus protestas pacíficas por unas elecciones justas y la libertad. Los animadores ofrecieron su interpretación de los recientes acontecimientos en Bielorrusia, creando las crónicas animadas de estos dramáticos eventos. La bandera blanca-roja-blanca es un símbolo histórico de Bielorrusia y se ha convertido en un símbolo de paz, protesta y esperanza para el pueblo bielorruso. El animador más joven que ha participado en el proyecto tiene solo 12 años.